"A lo largo de mi carrera y práctica, el Señor nunca ha dejado de asombrarme; Me da herramientas, derivadas de la fe, para ayudar a las personas que llegan a nuestro centro.  Realmente sentí que nuestra comunidad católica necesitaba psicólogos y consejeros que   entendieran su vida espiritual con valores tan específicos y únicos como los de nuestra iglesia católica.

En definitiva, Él es quien dirige nuestro trabajo en el centro, todos trabajamos para Él. Es por eso que, además del aspecto psicoterapéutico y de consejería católica, la oración es también un componente importante en nuestra terapia. Debemos ser personas de oración, por nosotros mismos y por nuestros pacientes. Creemos firmemente que es Él, quien da la verdadera sanación a nuestras vidas."